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Articles by Jennifer Benson Schuldt

Amani

Amani, que significa «paz» en idioma suajili, es el nombre de un cachorro labrador que tiene amigos muy especiales: vive con dos guepardos en un zoológico. Los veterinarios los colocaron juntos para que los felinos aprendieran a actuar relajadamente como Amani. Como los perros suelen estar tranquilos en público, los expertos suponen que, al vivir juntos, Amani será una «influencia pacificadora» para los otros animales.

¿Naranjas o leche?

Cuando le dije a mi hijita que nos vendría a visitar un bebé de tres meses, estaba encantada. Con un sentido infantil de hospitalidad, sugirió que compartiéramos con él algo de nuestra comida; pensó que le gustaría una naranja jugosa de la fuente que teníamos en la mesa de la cocina. Le expliqué que el niñito solo podía beber leche, pero que, cuando fuera grande, tal vez le gustarían las naranjas.

Trabajar para el viento

El Ferrari valorado en 200.000 dólares quedó bajo el agua en una carretera y no sirvió más. Su dueño había intentado pasar por lo que parecía ser un charco, sin darse cuenta de que el agua subía rápidamente y se hacía más profundo. Cuando el agua llegó a la altura de los guardafangos, el motor de 450 caballos de fuerza se detuvo. Menos mal que el hombre pudo salir del automóvil y refugiarse en un terreno elevado.

Un amigo auténtico

En la novela Shane, se entabla una amistad entre Joe Starrett, un granjero norteamericano, y Shane, un hombre misterioso que se detiene para descansar en la casa de Starrett. El primer vínculo se establece mientras trabajan juntos para remover el tocón de un árbol gigante en la propiedad. La relación se profundiza cuando Joe rescata a Shane de una pelea y este ayuda a su amigo a mejorar y proteger su granja. Los hombres comparten un sentimiento de respeto mutuo y lealtad que refleja este concepto de las Escrituras: «Mejores son dos que uno […]. Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero…» (Eclesiastés 4:9-10).

Ayudante fiel

Cuando era niño, mi padre tenía que arrojar desechos a los cerdos hambrientos en la granja donde se crió. Odiaba ese trabajo porque los puercos lo hacían caer cuando entraba en el corral. La tarea habría sido imposible si no hubiese sido por un fiel ayudante que lo acompañaba: una perra ovejero alemán llamada Sugarbear. Ella se ponía entre mi padre y los cerdos, y mantenía los animales alejados hasta que él terminaba su trabajo.

La vieja y sabia lechuza

Hace años, un autor anónimo escribió un breve poema sobre los méritos de medir nuestras palabras:

Postura de comadreja

Las comadrejas son conocidas por su capacidad de hacerse las muertas: el cuerpo se les relaja, les cuelga la lengua y el ritmo cardíaco disminuye. Después de unos 15 minutos, el animal se reaviva. Lo interesante es que los expertos no creen que lo hagan intencionalmente para prevenirse de los depredadores, sino que, de manera involuntaria, ¡se desmayan cuando se sienten abrumadas o ansiosas!

El sacrificio supremo

Cuando Deng Jinjie vio personas que luchaban en el agua del río Sunshui, en la provincia de Hunan, en China, no pasó de largo. En un acto heroico, saltó al agua y ayudó a salvar a cuatro miembros de una familia. Por desgracia, la familia se marchó antes de que él saliera del agua. Lo lamentable fue que Jinjie, exhausto por el esfuerzo, fue arrastrado por la corriente del río y se ahogó.

Seguir al dueño

En una exhibición canina cerca de mi casa, vimos la presentación de un lebrel escocés. Tras la orden de su dueño, el animal se alejaba corriendo varios metros y regresaba de inmediato, saltaba cercas e identificaba objetos usando su sentido del olfato. Después de terminar cada ejercicio, se sentaba a los pies de su amo y esperaba más indicaciones.

Pulgar hacia arriba

Según una fábula africana, cuatro dedos y un pulgar vivían juntos en una mano. Eran amigos inseparables. Un día, vieron un anillo de oro junto a ellos y conspiraron para llevárselo. El pulgar dijo que estaba mal robarlo, pero los otros cuatro dedos lo trataron de cobarde y santurrón, y no quisieron ser más sus amigos. Al pulgar no le importó, ya que no quería involucrarse en esa mala acción. La leyenda continúa diciendo que, por esta razón, el pulgar sigue manteniéndose separado de los otros dedos.